No soy de Valencia, mi padre lo era y en sus campos pasé ocho años de mi vida. Salí del pueblo a la edad de 16 años y volví a él pasados más de cuarenta. ¡Cuántas cosas han cambiado desde entonces! En aquellos años, (1951--1959)había mucha gente en el campo y cuando hace ya tres años volví, no había nadie viviendo en las casitas o chozas en las que pasé algunos años de mi vida, la mayoría de ellas hoy destruídas (El Calabazo, Las Tapias, El Chaparral, Los Cabriles, Los Letreros, Los Castillejos, Los Caracoles, La Parrilla, Los Charcos del Campillo...)¡Cuántos recuerdos de mi niñez y adolescencia! ¡Cuántas piedras de los campos de Valencia estarán manchadas de la sangre de mis pies porque en el campo anduve muchas veces descalzo! ¡Cuántas veces me comí los garbanzos sin pan y sin aceite! ¡Cuántas veces, para que mi pobre madre me pudiera lavar una remendada camisa, tuve que ir desnudo de cintura para arriba!