El día 2 del actual, (02-09-2006) un o una participante en este foro inicia su comentario con el párrafo que a continuación se copia textualmente:
“Me encantan las florituras verbales que manifiestan algunas pocas gentes de este pueblo en su foro, este pueblo del que se marcharon muchos ciudadanos por ser distintos ideológicamente, por pensar diferente o por envidias y rencillas”
Pues bien, en primer lugar no sé qué significado darle a “florituras” verbales. La verdad, no sé qué quiere decir, posiblemente no llegue a comprenderlo porque, por desgracia, mi inteligencia no llega muy largo que digamos, tan corta es que no suele llegar ni al umbral de mi casa. Lo siento, pero es así.
Una vez dicho esto, he de decirle que durante el tiempo que estuve en el pueblo, al menos yo, no tuve nunca conocimiento de que ninguna persona fuera discriminada, lo más mínimo, por ser ideológicamente distinta, por pensar diferente ni por envidias o rencillas. Por ello creo que no debieron ser “muchos” los que se marcharon por tales motivos.
Al menos ese no fue mi caso. Salí del pueblo con 16 años porque de no hacerlo no me quedaban nada más que dos opciones para sobrevivir; una robar para comer y otra morirme de hambre. La primera no me parecía muy acertada y en cuanto a la segunda no me parecía muy buena idea, simplemente porque no tenía ni donde caerme muerto.
Vistas así las cosas, no había más remedio que salir del pueblo, pero no lo hice por ideología, por rencillas ni envidia a nadie, sino simplemente porque en el pueblo no había donde ganar un jornal y de eso no le echo culpas a nadie, pues desde los diez años, hasta que marché del pueblo, casi siempre estuve guardando ganado de alguien o trabajando con alguien del pueblo, de los que, en la mayoría de los casos, guardo un grato recuerdo, pero no se podía subsistir ganando la increíble cantidad de tres o cinco pesetas diarias y la comida. Era lo que había en aquellos tiempos y a nadie se le ocurría pedir más.
El pueblo no nos permitió progresar a nadie allí, es verdad, pero al tener que salir de él, cada uno por sus circunstancias personales, en parte nos hizo un gran favor porque hoy, la inmensa mayoría de los que tuvimos que salir, tenemos un presente y un futuro indudablemente mejor que si no nos hubiéramos marchado.
Hoy vamos al pueblo y aunque nos llamen forasteros (yo en realidad lo he sido siempre, porque no soy valenciano), nos tratan como si no hubiéramos faltado del pueblo, al menos yo así me sentí cuando volví a él después de haber estado ausente más de cuarenta años.
En cuanto a Zaos, te puedo asegurar que no es ningún comisionado, no gana nada material con participar en este foro. Lo hace por amor a su pueblo y por nostalgia y cariño hacia el mismo y el mejor pago que puede y desea recibir es que, al menos sus paisanos, le recuerden con cariño.
Por lo demás solamente puedo decir que, cuando voy al pueblo, menos veces de las que quisiera, me encuentro entre su gente como uno más del pueblo y como si nunca hubiera faltado del mismo.
Un admirador de Valencia y de su gente.
“Me encantan las florituras verbales que manifiestan algunas pocas gentes de este pueblo en su foro, este pueblo del que se marcharon muchos ciudadanos por ser distintos ideológicamente, por pensar diferente o por envidias y rencillas”
Pues bien, en primer lugar no sé qué significado darle a “florituras” verbales. La verdad, no sé qué quiere decir, posiblemente no llegue a comprenderlo porque, por desgracia, mi inteligencia no llega muy largo que digamos, tan corta es que no suele llegar ni al umbral de mi casa. Lo siento, pero es así.
Una vez dicho esto, he de decirle que durante el tiempo que estuve en el pueblo, al menos yo, no tuve nunca conocimiento de que ninguna persona fuera discriminada, lo más mínimo, por ser ideológicamente distinta, por pensar diferente ni por envidias o rencillas. Por ello creo que no debieron ser “muchos” los que se marcharon por tales motivos.
Al menos ese no fue mi caso. Salí del pueblo con 16 años porque de no hacerlo no me quedaban nada más que dos opciones para sobrevivir; una robar para comer y otra morirme de hambre. La primera no me parecía muy acertada y en cuanto a la segunda no me parecía muy buena idea, simplemente porque no tenía ni donde caerme muerto.
Vistas así las cosas, no había más remedio que salir del pueblo, pero no lo hice por ideología, por rencillas ni envidia a nadie, sino simplemente porque en el pueblo no había donde ganar un jornal y de eso no le echo culpas a nadie, pues desde los diez años, hasta que marché del pueblo, casi siempre estuve guardando ganado de alguien o trabajando con alguien del pueblo, de los que, en la mayoría de los casos, guardo un grato recuerdo, pero no se podía subsistir ganando la increíble cantidad de tres o cinco pesetas diarias y la comida. Era lo que había en aquellos tiempos y a nadie se le ocurría pedir más.
El pueblo no nos permitió progresar a nadie allí, es verdad, pero al tener que salir de él, cada uno por sus circunstancias personales, en parte nos hizo un gran favor porque hoy, la inmensa mayoría de los que tuvimos que salir, tenemos un presente y un futuro indudablemente mejor que si no nos hubiéramos marchado.
Hoy vamos al pueblo y aunque nos llamen forasteros (yo en realidad lo he sido siempre, porque no soy valenciano), nos tratan como si no hubiéramos faltado del pueblo, al menos yo así me sentí cuando volví a él después de haber estado ausente más de cuarenta años.
En cuanto a Zaos, te puedo asegurar que no es ningún comisionado, no gana nada material con participar en este foro. Lo hace por amor a su pueblo y por nostalgia y cariño hacia el mismo y el mejor pago que puede y desea recibir es que, al menos sus paisanos, le recuerden con cariño.
Por lo demás solamente puedo decir que, cuando voy al pueblo, menos veces de las que quisiera, me encuentro entre su gente como uno más del pueblo y como si nunca hubiera faltado del mismo.
Un admirador de Valencia y de su gente.