AMIGO ZAOS:
Salí del pueblo, como dice "El Quijote", en una fecha de cuyo nombre no quiero acordarme (la sé perfectamente, pero no quiero acordarme) y volví a él, en el año 2002, después de haber pasado más de cincuenta años
Desde mi marcha.
Como bien podrás comprender, lo primero que hice en los pocos días que permanecí en el pueblo, fue recorrer todos los lugares donde había estado de niño y volví a vivir, al menos en la imaginación, muchas cosas de mi niñez que ya el paso del tiempo casi habían dejado olvidadas.
Al mismo tiempo que me alegraba ver los lugares en que estuve, también me llevaba una cierta decepción, porque en aquellos ya lejanos años, había muchas majadas en el campo, la mayoría habitadas, y hoy están completamente destruídas y solamente pude ver dos, en las que había estado que habían, dijéramos, "sobrevivido" al paso de los años y se podía habitar en ellas.
Te puedo decir que cuando llegué al pueblo, como única fortuna, mis padres llevaban tres hijos y una burra y que cuando salieron de Valencia, al cabo de varios años, marcharon con cuatro hijos y una pava. Sí, una pava, dejando a deber unas doscientas o trescientas pesetas en la tienda de PABLO LINARES SANCHEZ, que.E.P.de., que estaba junto al Cabezo, en la misma esquina de la Calle Mora, las cuales fueron a pagarle pasado algún tiempo y al que siempre estuvimos agradecidos, pues se portó con mi familia como un verdadero caballero.
En cuanto al lugar desde el que escribo, pues lo hago desde Castilla y León, donde vivo desde hace treinta y un años. Antes estuve también en Gerona y Barcelona y con anterioridad, después de marchar de Valencia, también estuve en Huelva y Sevilla.
Saludos: UN ADMIRADOR DE VALENCIA Y DE SU GENTE.
Salí del pueblo, como dice "El Quijote", en una fecha de cuyo nombre no quiero acordarme (la sé perfectamente, pero no quiero acordarme) y volví a él, en el año 2002, después de haber pasado más de cincuenta años
Desde mi marcha.
Como bien podrás comprender, lo primero que hice en los pocos días que permanecí en el pueblo, fue recorrer todos los lugares donde había estado de niño y volví a vivir, al menos en la imaginación, muchas cosas de mi niñez que ya el paso del tiempo casi habían dejado olvidadas.
Al mismo tiempo que me alegraba ver los lugares en que estuve, también me llevaba una cierta decepción, porque en aquellos ya lejanos años, había muchas majadas en el campo, la mayoría habitadas, y hoy están completamente destruídas y solamente pude ver dos, en las que había estado que habían, dijéramos, "sobrevivido" al paso de los años y se podía habitar en ellas.
Te puedo decir que cuando llegué al pueblo, como única fortuna, mis padres llevaban tres hijos y una burra y que cuando salieron de Valencia, al cabo de varios años, marcharon con cuatro hijos y una pava. Sí, una pava, dejando a deber unas doscientas o trescientas pesetas en la tienda de PABLO LINARES SANCHEZ, que.E.P.de., que estaba junto al Cabezo, en la misma esquina de la Calle Mora, las cuales fueron a pagarle pasado algún tiempo y al que siempre estuvimos agradecidos, pues se portó con mi familia como un verdadero caballero.
En cuanto al lugar desde el que escribo, pues lo hago desde Castilla y León, donde vivo desde hace treinta y un años. Antes estuve también en Gerona y Barcelona y con anterioridad, después de marchar de Valencia, también estuve en Huelva y Sevilla.
Saludos: UN ADMIRADOR DE VALENCIA Y DE SU GENTE.