
Su origen se sitúa en la época
medieval, cuando se reunieron en este lugar, por iniciativa del Maestre Don Arias Pérez, diversas arquerías diseminadas por el entorno, entre ellas, las llamadas Ventas de Bolero o Botello, situadas a pie de la inmediata
Sierra Hermosa. El núcleo perteneció a la Orden de Santiago, en cuya jurisdicción se mantuvo desde el siglo XIII hasta el XVII, en que fue enajenado en señorío a Don Rodrigo de Murillo y Velarde, permaneciendo desde entonces y hasta el fin del regimen Señorial en 1.811, en poder de sus sucesores. Gran importancia en la
Historia Económica y social, han tenido las
minas de wolframio (tungstato, manganeso y férico) existentes en este término en los cerros llamados de Martín Pérez. Su descubrimiento es muy remoto, a principio de este siglo, desde entonces y a lo largo de más de siete décadas, aunque no de una forma continuada, han alterado diversas empresas comerciales y otras explotaciones, pero debemos destacar las explotaciones a partir de 1940, coincidiendo con la segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando una empresa alemana, afrontó la explotación, se perforaron kilómetros de galerías dotadas de rieles para vagonetas transportadoras, se construyó un
funicular desde la solana de Sierra de Guadámez -
mina sastre-, hasta el Cerro Martín Pérez, con una longitud de 2.500 m.; se construyó asimismo un poblado para un centenar de familas, con economato,
escuelas,
casa cuartel... Durante ésta gestión surgió un fenómeno de marcada influencia para la población de
Valle de la Serena, el wolframio en el
mercado mundial alcanzó precios exorbitantes, se le dió el nombre de oro negro y peculiarmente en la localidad, se le conocía como EL BOLO.