Hola Diego, yo soy de la Carmen de la Casimira de Frasco el mayoral y mi padre era el canito de Juan de pipa (Agustin).
Lo de zamarro, me imagino que fue obra de Luis el canillo que era el que nos bautizaba a todos en la fragua.
Mi hermano Antonio estuvo estudiando en Don Benito, yo como mal estudiante me quedé en el Valle y si no me traen a Vitoria todavía estaría en 4º curso repitiendo. Mis aficiones en el pueblo eran hacer la remonta y marcharnos al río, pero antes pasabamos por el estanco de la Soledad para robarle unos cigarrillo (mira si eramos inocentes que en vez de quitarle un paquete, le cogíamos solamente los cigarrillos sueltos que nos íbamos a fumar. Pasábamos días enteros en el río pescando a mano y luego hacíamos lumbre y a comer pescadito, al atardecer regresabamos al pueblo y nuestras madres nos esperaban en la entrada para darnos unos pequeños correctivos.
Yo me juntaba mucho con Juan el zapaterillo, zapirón, Carlos el pajoso, los Osorios, floro, Manuel de Marre, Santito el hermano de Polín etc...
Eramos muy aficionados a la pesca (buceando) y a coger lagartos con nuestros pinchos que nos preparaban en la fragua y luego hacer buenas merendolas.
Enhorabuena por el campeonato, no soy forofo de ningún equipo pero prefiero a profesionales con respeto, educación y modestia que a prepotentes.
Saludos y disfruta de la victoria.
Lo de zamarro, me imagino que fue obra de Luis el canillo que era el que nos bautizaba a todos en la fragua.
Mi hermano Antonio estuvo estudiando en Don Benito, yo como mal estudiante me quedé en el Valle y si no me traen a Vitoria todavía estaría en 4º curso repitiendo. Mis aficiones en el pueblo eran hacer la remonta y marcharnos al río, pero antes pasabamos por el estanco de la Soledad para robarle unos cigarrillo (mira si eramos inocentes que en vez de quitarle un paquete, le cogíamos solamente los cigarrillos sueltos que nos íbamos a fumar. Pasábamos días enteros en el río pescando a mano y luego hacíamos lumbre y a comer pescadito, al atardecer regresabamos al pueblo y nuestras madres nos esperaban en la entrada para darnos unos pequeños correctivos.
Yo me juntaba mucho con Juan el zapaterillo, zapirón, Carlos el pajoso, los Osorios, floro, Manuel de Marre, Santito el hermano de Polín etc...
Eramos muy aficionados a la pesca (buceando) y a coger lagartos con nuestros pinchos que nos preparaban en la fragua y luego hacer buenas merendolas.
Enhorabuena por el campeonato, no soy forofo de ningún equipo pero prefiero a profesionales con respeto, educación y modestia que a prepotentes.
Saludos y disfruta de la victoria.
Hola Zamarro.
FAMILIA.
Bueno, contestando a tu mensaje, ya sabes que cuado uno era niño a los que más conocíamos era, relativamente a los de nuestra edad, a los mayores no tanto por no nos fijábamos tanto en ellos, pero sí recuerdo que mi padre nombraba muchas veces a Frasco “el mayoral” y también a un tal pipa, pero claro, hace ya muchos años. Me supongo que serían tus abuelos o familiares.
EN EL NORTE.
Otro tema: Mientras estuvimos en el norte, también teníamos un amigo muy campechano y buena gente, que era de Albacete y le llamábamos Zamarro. Le llamábamos Zamarro porque el mismo llamaba zamarro a todo el mundo, y entonces pues claro, los demás se lo empezamos a llamar a el. Así que se quedó zamarro. Luego cariñosamente, le llamábamos zamarrete.
Hablemos ahora de las aficiones, como tú dices:
PESCA.
Yo también he ido muchas veces a “pescar” al río, (si es que a eso se le puede llamar pescar) buceando debajo del agua a pleno pulmón y aguantando la respiración todo cuanto se podía. Me acuerdo que había unos terraplenes a los lados del río debajo del agua con unas cuevas tan profundas que no alcanzábamos con la mano hasta el fondo. A veces tocábamos los peces con las puntas de los dedos, pero no podíamos alcanzar a cogerlos porque el brazo no alcanzaba más. Una vez toqué un pez enorme (un barbo) debía de pesar varios kilos y con el deseo de pescarlo, ya sabes tú que es más la ilusión que otra cosa, porque luego a lo mejor se te estropea el pez y ni te lo comes si quiera, pero el deseo de cogerlo era tan grande que metí la mano entre dos piedras para coger el pez que luego no podía sacarla y yo con la cabeza debajo del agua. Yo ya decía para mí: “allí os espero”. Buff, que apuros pasé, ¡madre mía! menos mal que viendo la cosa tan negra, pegué un tirón y pude sacar la mano, medio destrozada, pero la saqué y por supuesto la cabeza debajo del agua. Pero ¡madre que apuros!
Luego ya después cuando fui otros días, me empecé a llevar una espada que teníamos en casa muy vieja, yo creo que de la guerra de los franceses y cuando no llegaba con la mano, lo pinchaba con la espada y lo cogía, pero ya no metía la cabeza bajo el agua. Le cogí miedo.
Como empecemos a hablar de historias, no acabamos. Y es que los temas que me has tocado, los he vivido yo, te lo prometo.
TABACO.
Otra vez, cuando yo tenía como mucho ocho o diez años de edad aproximadamente, estaba un día jugando en la plaza con unos amigos, cuando apareció un vecino mío mayor que yo unos cuatro o cinco años, de las últimas casas de la calle Campanario, que iba vendiendo leche con unas lecheras, no sé si tú te acordarás de él o no (creo que ya muerto). Se llamaba Antonio y lo apodaban (te lo digo como se le decía en el pueblo) “el dergaillo”, que se fue a vivir Bilbao. Después de llevar le leche a las casas, cuando iba de vuelta, va y me dice: “anda ves y le quitas a la Soledad un paquete de tabaco”. Yo le dije: no, no, yo no voy. Pero claro, el me mandaba a mí porque a él ya lo tenía fichado la Soledad de otras veces de robarle el tabaco y yo no lo sabía. Y me decía: “mira, tú vas le pides un paquete de tabaco y cuado lo ponga en cima del mostrador, lo coges y sales corriendo”. Así es que tanto me insistió y me lo puso todo tan bonito, que cogí y fui.
Yo no sé ni porqué fui, si es que yo ni fumaba ni nada, pero claro, la Soledad ya estaba con la mosca detrás de la oreja.
Bueno pues lleggué al estanco y le digo la Soledad: déme usted un paquete de tabaco, (yo ya no me acuerdo que marca le dije ni nada). Así es que me lo pone encima del mostrador y yo con mucho miedo y más vergüenza, cuando lo voy a coger para salir corriendo, antes de que yo tocara ni tan siquiera el paquete de tabaco, ya me había trincado la Soledad a mí por la muñeca de la mano. Y me dijo sin soltarme de la muñeca: ¡hombre!, ¿tú también? ¡Con lo bien que nos llevábamos tu abuelo Nicasio de de la vaquera y yo!, ¿porqué me haces esto a mí? Yo no sé lo que me pasaría a mí por el cuerpo, pero me entraron temblores. Yo decía: por favor, no se lo diga usted a mis padres. Y me dice la pobre mujer: “está bien, anda hijo mío, vete y no vuelvas a hacerlo más, pero sólo porque eres nieto de quien eres”.
En mi vida he pasado más vergüenza. Yo no sabía ni donde meterme. Deseaba que me tragase la tierra. Y encima de eso, cuando salí del estanco, “el dergaillo” y su pandilla que lo habían visto todo, se morían de risa.
FUTBOL.
Bueno, en cuanto al futbol, como ya he dicho otras veces, desde niño empecé a sentirme atraído por el Real Madrid y ya creo que moriré y no voy a cambiar de equipo. No soy fanático, solo soy simpatizante, nada más y sinceramente pienso y creo que soy muy una persona muy respetuosa con los forofos de otros equipos. Para gusto se hicieron los colores. Cuando el Madrid gana me alegro que lo haga, pero cuando pierde, lo siento y nada más. Otra cosa son las bromas que se puedan decir para hablar de algo. Me gusta a veces “pinchar” un poco. Reconozco que el Barcelona, por ejemplo, hoy por hoy, tiene un grandísimo equipazo y los títulos que ha ganado, se los ha ganado muy merecidamente, pese a quien pese, pero no me atrae para nada, pero lo respeto. También sé, que los árbitros a veces se equivocan como humanos que son y favorecen o perjudican sin querer, unas veces a unos y otras a otros. Pero eso ha sido, es y será siempre. Pienso que lo más grande y bonito es la deportividad y ser realistas.
De todas formas, te agradezco tu felicitación.
Bueno zamarro, lo de las remontas y los lagartos los dejo para otro día, porque de lo contrario lo que voy a escribir va a ser el quijote.
Un saludo.
FAMILIA.
Bueno, contestando a tu mensaje, ya sabes que cuado uno era niño a los que más conocíamos era, relativamente a los de nuestra edad, a los mayores no tanto por no nos fijábamos tanto en ellos, pero sí recuerdo que mi padre nombraba muchas veces a Frasco “el mayoral” y también a un tal pipa, pero claro, hace ya muchos años. Me supongo que serían tus abuelos o familiares.
EN EL NORTE.
Otro tema: Mientras estuvimos en el norte, también teníamos un amigo muy campechano y buena gente, que era de Albacete y le llamábamos Zamarro. Le llamábamos Zamarro porque el mismo llamaba zamarro a todo el mundo, y entonces pues claro, los demás se lo empezamos a llamar a el. Así que se quedó zamarro. Luego cariñosamente, le llamábamos zamarrete.
Hablemos ahora de las aficiones, como tú dices:
PESCA.
Yo también he ido muchas veces a “pescar” al río, (si es que a eso se le puede llamar pescar) buceando debajo del agua a pleno pulmón y aguantando la respiración todo cuanto se podía. Me acuerdo que había unos terraplenes a los lados del río debajo del agua con unas cuevas tan profundas que no alcanzábamos con la mano hasta el fondo. A veces tocábamos los peces con las puntas de los dedos, pero no podíamos alcanzar a cogerlos porque el brazo no alcanzaba más. Una vez toqué un pez enorme (un barbo) debía de pesar varios kilos y con el deseo de pescarlo, ya sabes tú que es más la ilusión que otra cosa, porque luego a lo mejor se te estropea el pez y ni te lo comes si quiera, pero el deseo de cogerlo era tan grande que metí la mano entre dos piedras para coger el pez que luego no podía sacarla y yo con la cabeza debajo del agua. Yo ya decía para mí: “allí os espero”. Buff, que apuros pasé, ¡madre mía! menos mal que viendo la cosa tan negra, pegué un tirón y pude sacar la mano, medio destrozada, pero la saqué y por supuesto la cabeza debajo del agua. Pero ¡madre que apuros!
Luego ya después cuando fui otros días, me empecé a llevar una espada que teníamos en casa muy vieja, yo creo que de la guerra de los franceses y cuando no llegaba con la mano, lo pinchaba con la espada y lo cogía, pero ya no metía la cabeza bajo el agua. Le cogí miedo.
Como empecemos a hablar de historias, no acabamos. Y es que los temas que me has tocado, los he vivido yo, te lo prometo.
TABACO.
Otra vez, cuando yo tenía como mucho ocho o diez años de edad aproximadamente, estaba un día jugando en la plaza con unos amigos, cuando apareció un vecino mío mayor que yo unos cuatro o cinco años, de las últimas casas de la calle Campanario, que iba vendiendo leche con unas lecheras, no sé si tú te acordarás de él o no (creo que ya muerto). Se llamaba Antonio y lo apodaban (te lo digo como se le decía en el pueblo) “el dergaillo”, que se fue a vivir Bilbao. Después de llevar le leche a las casas, cuando iba de vuelta, va y me dice: “anda ves y le quitas a la Soledad un paquete de tabaco”. Yo le dije: no, no, yo no voy. Pero claro, el me mandaba a mí porque a él ya lo tenía fichado la Soledad de otras veces de robarle el tabaco y yo no lo sabía. Y me decía: “mira, tú vas le pides un paquete de tabaco y cuado lo ponga en cima del mostrador, lo coges y sales corriendo”. Así es que tanto me insistió y me lo puso todo tan bonito, que cogí y fui.
Yo no sé ni porqué fui, si es que yo ni fumaba ni nada, pero claro, la Soledad ya estaba con la mosca detrás de la oreja.
Bueno pues lleggué al estanco y le digo la Soledad: déme usted un paquete de tabaco, (yo ya no me acuerdo que marca le dije ni nada). Así es que me lo pone encima del mostrador y yo con mucho miedo y más vergüenza, cuando lo voy a coger para salir corriendo, antes de que yo tocara ni tan siquiera el paquete de tabaco, ya me había trincado la Soledad a mí por la muñeca de la mano. Y me dijo sin soltarme de la muñeca: ¡hombre!, ¿tú también? ¡Con lo bien que nos llevábamos tu abuelo Nicasio de de la vaquera y yo!, ¿porqué me haces esto a mí? Yo no sé lo que me pasaría a mí por el cuerpo, pero me entraron temblores. Yo decía: por favor, no se lo diga usted a mis padres. Y me dice la pobre mujer: “está bien, anda hijo mío, vete y no vuelvas a hacerlo más, pero sólo porque eres nieto de quien eres”.
En mi vida he pasado más vergüenza. Yo no sabía ni donde meterme. Deseaba que me tragase la tierra. Y encima de eso, cuando salí del estanco, “el dergaillo” y su pandilla que lo habían visto todo, se morían de risa.
FUTBOL.
Bueno, en cuanto al futbol, como ya he dicho otras veces, desde niño empecé a sentirme atraído por el Real Madrid y ya creo que moriré y no voy a cambiar de equipo. No soy fanático, solo soy simpatizante, nada más y sinceramente pienso y creo que soy muy una persona muy respetuosa con los forofos de otros equipos. Para gusto se hicieron los colores. Cuando el Madrid gana me alegro que lo haga, pero cuando pierde, lo siento y nada más. Otra cosa son las bromas que se puedan decir para hablar de algo. Me gusta a veces “pinchar” un poco. Reconozco que el Barcelona, por ejemplo, hoy por hoy, tiene un grandísimo equipazo y los títulos que ha ganado, se los ha ganado muy merecidamente, pese a quien pese, pero no me atrae para nada, pero lo respeto. También sé, que los árbitros a veces se equivocan como humanos que son y favorecen o perjudican sin querer, unas veces a unos y otras a otros. Pero eso ha sido, es y será siempre. Pienso que lo más grande y bonito es la deportividad y ser realistas.
De todas formas, te agradezco tu felicitación.
Bueno zamarro, lo de las remontas y los lagartos los dejo para otro día, porque de lo contrario lo que voy a escribir va a ser el quijote.
Un saludo.