Tú trabaja Polín, pero yo tendré que emplear mi tiempo libre en velar para que tú como currante tengas tu merecida recompensa por tus esfuerzos y no se lo lleven todo los gañanes de siempre. Hasta los 40 no abrí la boca. Cuando cumplí los 40 pensé: creo que ya puedo opinar. Igual me he pasado, ahora no hay quien me calle. Posdata: la iglesia y yo como que tampoco. Antonia ¿qué edades tienen tus hijos?