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Último cartucho.
Según las últimas noticias llegadas a nuestras redacciones de radio, televisión y prensa: los gobernantes de nuestro país no conocen la salida. Ya no saben que hacer, se están dando cuenta de que las tijeras está embotadas que ya no pueden recortar más. Ya tenemos aquí el litro de trigo por un denario predicho por ser muy inteligente hace más de 2.000 años. El ibex 35 a la altura del barro, la prima de riesgo por las nubes. España al borde del desastre, la inanición y en el umbral de la hambruna y la pobreza. Damos becas a los estudiantes de otros países (que no es que esté mal) pero las eliminamos en nuestro país y las tenemos que costear los padres sin la ayuda del estado. Ayudamos con alimentos, abrigo y medicinas a otros países que sufren catástrofes, tsunamis y terremotos (que no es que esté mal) pero cuando tenemos inundaciones, catástrofes y terremotos, en nuestro país, no nos ayuda absolutamente nadie y somos nosotros mismos y solamente nosotros los que tenemos que sufragar los gastos como idiotas. Vendemos productos nuestros a otros países y ellos los sellan como si fuese de su país. Si compramos deuda, será carísima: al precio que los demás quieran que paguemos, si la vendemos, será baratísima: al precio que los demás quieran pagarnos. ¡Somos de lo que ya no queda! Cuando todos los países quieren unirse entre sí, para ser más fuerte, España quiere desintegrarse, haciéndose más débil y por lo tanto los demás países no confían en nosotros y dejan de invertir en nuestro país porque lo ven un país inseguro. Quieren enseñar en los colegios sólo la legua de su comunidad, el inglés o cualesquier otra, y prohibir que se enseñe la oficial del país, es decir: la española. Vamos para atrás como los cangrejos. Esto no nos lleva a buen puerto. Paisanos: volvemos a los años 40.
Estoy seguro que tendré algún que otro detractor, y aceptaré vuestros reproches muy humildemente, pero no olvidéis que solo plasmo en este escrito lo que otros han hecho antes ya.
Según las últimas noticias llegadas a nuestras redacciones de radio, televisión y prensa: los gobernantes de nuestro país no conocen la salida. Ya no saben que hacer, se están dando cuenta de que las tijeras está embotadas que ya no pueden recortar más. Ya tenemos aquí el litro de trigo por un denario predicho por ser muy inteligente hace más de 2.000 años. El ibex 35 a la altura del barro, la prima de riesgo por las nubes. España al borde del desastre, la inanición y en el umbral de la hambruna y la pobreza. Damos becas a los estudiantes de otros países (que no es que esté mal) pero las eliminamos en nuestro país y las tenemos que costear los padres sin la ayuda del estado. Ayudamos con alimentos, abrigo y medicinas a otros países que sufren catástrofes, tsunamis y terremotos (que no es que esté mal) pero cuando tenemos inundaciones, catástrofes y terremotos, en nuestro país, no nos ayuda absolutamente nadie y somos nosotros mismos y solamente nosotros los que tenemos que sufragar los gastos como idiotas. Vendemos productos nuestros a otros países y ellos los sellan como si fuese de su país. Si compramos deuda, será carísima: al precio que los demás quieran que paguemos, si la vendemos, será baratísima: al precio que los demás quieran pagarnos. ¡Somos de lo que ya no queda! Cuando todos los países quieren unirse entre sí, para ser más fuerte, España quiere desintegrarse, haciéndose más débil y por lo tanto los demás países no confían en nosotros y dejan de invertir en nuestro país porque lo ven un país inseguro. Quieren enseñar en los colegios sólo la legua de su comunidad, el inglés o cualesquier otra, y prohibir que se enseñe la oficial del país, es decir: la española. Vamos para atrás como los cangrejos. Esto no nos lleva a buen puerto. Paisanos: volvemos a los años 40.
Estoy seguro que tendré algún que otro detractor, y aceptaré vuestros reproches muy humildemente, pero no olvidéis que solo plasmo en este escrito lo que otros han hecho antes ya.