HOMENAJE A LA CHAPA DE FUENTE
¡Que recuerdos tan bonitos!
que a mí me vienen a la mente,
cuando íbamos enamoraditos
a la chapa de la fuente.
Nos sentábamos sobre ella
para hablar de nuestras cosas
allí te dije que eras bella,
te dije que eras hermosa.
Te dije: tengo ganas de abrazarte,
tú me dijiste: hazlo y calla
y los dos muy enamorados
comenzamos la batalla.
Tú me pediste más amor,
y entre susurros risas
yo te supe corresponder
con besos y caricias
hasta amanecer.
Acerqué mi boca a tu oído
y tú me dijo a mí:
siento tal escalofrío
como nunca antes sentí.
Y al acabar la noche
y amanecer el nuevo día
me abrazaste y me juraste
que nunca me olvidarías.
Fue la última noche aquella
nunca supe más de ti
dónde mirando las estrellas
mi amor eterno prometí.
Te he buscado en medio mundo
y gritado a los cuatro vientos,
en la altura y lo profundo
hasta quedarme sin aliento.
Luego ya me hice a la idea
y ya no se quise buscar más
porque por muy tonto que uno sea
todo tiene su final.
Esos tiempos ya pasaron,
y no se pueden repetir
no sé si alguien te agradecerá
lo que yo te agradecí.
¡Ay, chapa de la fuente
si tú pudieras hablar!,
contarías a la gente
las historias tan bonitas
que yo no debo contar.
Y no las debo contar
porque debo ser un caballero,
y porque ellas son unas damas
y el honor es lo primero.
Buena chapa, tú que sabes
las cosas muy bien callar,
quedarán en ti siempre selladas
para toda la eternidad.
¡Ay, chapa, chapa de la fuente!
¡No sabes cuanto te respeto!
lo que yo nunca desvelaré
tú lo guardarás en secreto.
Y ya con esto me despido,
compañera, y fiel amiga,
porque si algún día lo sabe alguien,
será sólo porque tú o yo lo diga.
Pero yo nunca diré nada,
y creo que tú tampoco,
quien era la mujer amada
que a mi me volvió loco.
Autor: Diego (Andiro7)
¡Que recuerdos tan bonitos!
que a mí me vienen a la mente,
cuando íbamos enamoraditos
a la chapa de la fuente.
Nos sentábamos sobre ella
para hablar de nuestras cosas
allí te dije que eras bella,
te dije que eras hermosa.
Te dije: tengo ganas de abrazarte,
tú me dijiste: hazlo y calla
y los dos muy enamorados
comenzamos la batalla.
Tú me pediste más amor,
y entre susurros risas
yo te supe corresponder
con besos y caricias
hasta amanecer.
Acerqué mi boca a tu oído
y tú me dijo a mí:
siento tal escalofrío
como nunca antes sentí.
Y al acabar la noche
y amanecer el nuevo día
me abrazaste y me juraste
que nunca me olvidarías.
Fue la última noche aquella
nunca supe más de ti
dónde mirando las estrellas
mi amor eterno prometí.
Te he buscado en medio mundo
y gritado a los cuatro vientos,
en la altura y lo profundo
hasta quedarme sin aliento.
Luego ya me hice a la idea
y ya no se quise buscar más
porque por muy tonto que uno sea
todo tiene su final.
Esos tiempos ya pasaron,
y no se pueden repetir
no sé si alguien te agradecerá
lo que yo te agradecí.
¡Ay, chapa de la fuente
si tú pudieras hablar!,
contarías a la gente
las historias tan bonitas
que yo no debo contar.
Y no las debo contar
porque debo ser un caballero,
y porque ellas son unas damas
y el honor es lo primero.
Buena chapa, tú que sabes
las cosas muy bien callar,
quedarán en ti siempre selladas
para toda la eternidad.
¡Ay, chapa, chapa de la fuente!
¡No sabes cuanto te respeto!
lo que yo nunca desvelaré
tú lo guardarás en secreto.
Y ya con esto me despido,
compañera, y fiel amiga,
porque si algún día lo sabe alguien,
será sólo porque tú o yo lo diga.
Pero yo nunca diré nada,
y creo que tú tampoco,
quien era la mujer amada
que a mi me volvió loco.
Autor: Diego (Andiro7)
