Diego yo creo que esa chapa ya estara picada de tanto uso, muy bonita la poesia tienes el don de las letras y tu hermano tambien taambien tedigo que fue mas usada por la paste esa los del cerro teniamos otros sitios
de todas las maneras tambien ariamos alguna visita saludos.......;)
de todas las maneras tambien ariamos alguna visita saludos.......;)
Saludos Antonia.
Hacía mucho tiempo que no nos cruzábamos en el foro.
Pues sí, por lo menos para muchos de la zona de abajo del pueblo, en la cual me incluyo, la chapa era muy querida, tanto que yo creo que se merecía que le hicieran un monumento. Por la noche por una razón más íntima y por el día para el punto de encuentro. Solo teníamos que hacer una señal con la mano a alguna vecina, aunque fuera por encima de las tapias de los corrales para que las madres no se enteraran y ya sabía que lo que le queríamos decir era: en la chapa de la fuente te espero. Todavía, cuando paso por allí, me guiña un ojo, como diciéndome: ¡ay, macho, parece que no has roto un plato!
…. y aunque algunas veces era en la chapa, había otras que nos daba la ventolera y cogíamos el itinerario para los olivares y los callejones, que también podrían contar algunas historias.
Y cuando no, alguna vez, alguna, que no salió de la discoteca de borrego y salía corriendo de la pista del baile, como si les diesen miedo los hombres, a lo mejor creían que se las iban a comer. Por cierto, aunque creas que no, y en otra ocasión no quise decirte nada cuando me dijiste que era una amiga tuya, se perfectamente quien era la chica, y tú también ¿verdad que sí? Tengo una memoria de elefante. ¡Quien sabe! a lo mejor algún día te lo diga.
Hacía mucho tiempo que no nos cruzábamos en el foro.
Pues sí, por lo menos para muchos de la zona de abajo del pueblo, en la cual me incluyo, la chapa era muy querida, tanto que yo creo que se merecía que le hicieran un monumento. Por la noche por una razón más íntima y por el día para el punto de encuentro. Solo teníamos que hacer una señal con la mano a alguna vecina, aunque fuera por encima de las tapias de los corrales para que las madres no se enteraran y ya sabía que lo que le queríamos decir era: en la chapa de la fuente te espero. Todavía, cuando paso por allí, me guiña un ojo, como diciéndome: ¡ay, macho, parece que no has roto un plato!
…. y aunque algunas veces era en la chapa, había otras que nos daba la ventolera y cogíamos el itinerario para los olivares y los callejones, que también podrían contar algunas historias.
Y cuando no, alguna vez, alguna, que no salió de la discoteca de borrego y salía corriendo de la pista del baile, como si les diesen miedo los hombres, a lo mejor creían que se las iban a comer. Por cierto, aunque creas que no, y en otra ocasión no quise decirte nada cuando me dijiste que era una amiga tuya, se perfectamente quien era la chica, y tú también ¿verdad que sí? Tengo una memoria de elefante. ¡Quien sabe! a lo mejor algún día te lo diga.