Desgraciadamente, apenas si pude conocer en profundidad a mi tío-abuelo Esteban. En 1971 él ya era demasiado viejo y yo, con siete años, demasiado joven. En 1972 ya lo habían ingresado en las "hermanitas" de Jerez de los Caballeros y cuando regresé en el verano de 1973 ya había fallecido. Como puede deducirse fácilmente, por la familia de mi madre yo soy sobrino de la pobre Manuela, recientemente fallecida. Ella y mi madre, huérfanas de madre, padecieron mucho durante la guerra civil, ya que mi abuelo el"Mozo Coronao" tuvo que permanecer escondido durante toda la contienda. Mi madre y mi tía, siendo unas niñas, tuvieron que soportar vejaciones por parte de no sé si serían falangistas, requetés, nacinalcatólicos, señoritos o la gran puta que los parió a todos. Sólo sé que como historiador, las barbaridades cometidas por ambos bandos en sus respectivas retaguardias fue obra de cobardes sin los suficientes arrestos para combatir en primera línea.