Se le atribuye un pasado remoto. En este sentido, señalamos que el núcleo fue repoblado al amparo del fuero de
Mérida en 1235, anejándose al mismo algunos
caseríos ya existentes en el entorno, como Pedroche, Ureña y otros, como posesión de la Orden de Santiago dentro del Partido de Mérida. En 1630 se independizó de esta jurisdicción alcanzando el título de Villa exenta mediante el pago de 16.000 ducados. Hoy por hoy la población constituye un asentamiento de carácter rural con algo más de un millar de habitantes, de próspera economía agrícola, muy representativo de los centros de su especie.