Su fundación como aldea dependiente de la Encomienda de
Alange, se atribuye en el siglo XIV al Maestre santiaguista Gonzalo Mexía, de quien deriva su apelativo. En 1588 se independizó de este dominio mediante el pago de 7.000 ducados a Felipe II, quedando como Villa exenta sujeta al Partido de
Mérida. Actualmente constituye un centro de
naturaleza rural en el que se mantiene poco alterada su fisonomía tradicional.