Sobre el
puente medieval de la Mesta circulaba el mayor número de
ganados de toda
España, al constituir la
puerta principal de entrada a los pastos de
invierno de
Extremadura para las
ovejas de
Castilla y León, procedentes de la cañada segoviana. Se trata de una construcción de mampostería y ladrillo, de factura mudéjar, con más de 225 metros de longitud, compuesto por 16
arcos principales de diferentes proporciones y modelos, la mayoría apuntados, de gran luz y con estribos cilíndricos. En la actualidad se halla cubierto por las
aguas del
pantano del Cíjara (
Río Guadiana), siendo visible únicamente cuando su nivel es muy bajo.
Sobre las alturas, al otro lado del puente, se yergue la
ermita de Ntra. Sra. de la Antigua, emplazada en un descansadero de la Mesta. Es una construcción de sabor popular, con origen mudéjar, perimetrada por arquerías, a la que en el siglo XVIII se añadió una
cúpula barroca acogiendo un camarín.
El
retablo y las pinturas que decoran el interior resultan de notable interés. La imagen de la
Vírgen titular es una hermosa talla
románica en madera datable en el siglo XIII, de gran valor
artístico.
La población de Villarta, de pequeñas proporciones, se asienta sobre una topografía irregular que da lugar a una configuración urbanística de acusado tipísmo, con
calles empinadas y tortuosas en las que perduran muchas
casas de sabor popular. En el extremo más bajo del
caserío, lindando ya con el
campo, se alza, como edificación más señalada de la localidad, la
iglesia parroquial de
Santa María Magdalena (1510), recoleta creación de modelo rural, con sencilla pero atractiva
arquitectura, a la que la
portada y una
torre cuadrangular confieren un singular atractivo morfológico. Cuenta con retablo barroco de buena factura, con pinturas que se atribuyen a Juan Correa de Vivar.
Delante de ella se sitúa una
fuente de tipo tradicional, configurando un
rincón de notable atractivo conocido como el "El Chorro".