El alcázar ha llegado hasta nosotros conservando en gran parte su disposición
medieval inicial, a pesar de haber sufrido alteraciones importantes durante la época ducal. Así del
patio central sólo se conservan los muros pero no la arquería y crujías que fueron sustituidas por el delicioso patio actual cuando los
Feria llegaron a la categoría ducal (siglo XVI). El II conde de Feria lo sometió durante su mandato a una serie de reformas entre las que sobresale la construcción de la "sala dorada" y quizás la reforma de la
capilla, a la que añade el impresionante artesonado mudéjar, que cubre el
ábside, coetáneo del de la sala dorada.