En la época
medieval Zafra se sitúa en la línea fronteriza que dividía los reinos taifas de
Sevilla y
Badajoz, por lo que en 1030 se construye con fines defensivos un
castillo en la
Sierra del Castellar y que el geógrafo hispano-musulmán Al-Bakrí reconocía en 1094 con el nombre de Sajra Abi Hassán. Los árabes nombraron a la ciudad Safra, Çafra, de la cual deriva la actual Zafra.