Bonitos balcones y suntuosas rejas decoran con majestuosidad estas enormes fachadas, propiedad de nombres ilustres de la época como Mendoza de la Rocha, Marqués de Solanda, la bonita portada del Hospital de Santiago o la Casa del Ajimez, en la calle Boticas. Lorenzo II Suárez de Figueroa ordenó la construcción en 1437 de un alcázar en este lugar, similar a las construcciones góticas del siglo y con regusto mudéjar. En el cambio del siglo XVI al XVII, el segundo duque de Feria ordena remodelar el edificio. Hoy se mantiene en su exterior como un alcázar, más que como un palacio.