De la mano de esta noble
familia, la población resurge con fuerza y pujanza. Se fortifica de forma notable, se crean instituciones sociales y religiosas y se levanta su poderoso alcázar, hoy
Parador Nacional de Turismo.
Zafra se convierte en un foco político, cultural y económico de gran relevancia, siendo cuna de un gran número de personaje ilustres y numerosos gremios artesanales. Sus
plazas Grande y Chica son el corazón de la ciudad, confiriéndole juntos con
iglesias,
conventos y
casas solariegas y numerosos detalles de
arte mudéjar, un perfil especial.