La
iglesia entre otras obras artísticas guarda el sepulcro de alabastro de los primeros condes de
Feria, obra atribuida a Egas Cueman; un magnífico
retablo mayor barroco de 1670 y cuatro laterales un siglo posteriores; la
capilla ducal enmarca un lienzo de Felipe Diriksen en su retablo y la capilla de las reliquias que conserva la colección formada por los duques de Feria.