El
monasterio de
Santa María del
Valle fue mandado erigir por el I Señor de
Feria, Gómez I Suárez de Figueroa, en 1428, como panteón del linaje de los Suárez de Figueroa, bajo la advocación de la
Virgen del Valle, patrona de la ciudad de Écija (de donde procedía Lorenzo Suárez de Figueroa). Se pobló con monjas clarisas procedentes de Tordesillas y las dos primeras abadesas fueron dos de sus hijas.