Situado en una calle sin salida, de la calle Santa Catalina, próxima a la Plaza Grande. Llamado originalmente de Nuestra Señora de la Asunción.
En 1443 al 1446, don Lorenzo Suárez de Figueroa convirtió la antigua casa solariega de su familia en edificio para el servicio de Dios y acogimiento de los pobres, resultando junto con los llamados San Idelfonso y San Miguel, las tres instituciones sanitarias benéficas existentes en la población de aquella época.