Como a partir de aquí se mostraran las
fotografías correspondientes a las
fiestas (
feria de
San Miguel, domingo de Quasimodo...., seguidas de las de Las
Plazas Chica y Grande, El Alcázar, etc, el que desee visitar tales fiestas y
monumentos necesitará estar en forma, así que le mostraremos algo de la cocina extremeña, que es sencilla, sin añadidos innecesarios, de aromas y sabores intensos que recuerdan a la gente de
campo, con productos de primera calidad que constituyen su base culinaria. Su producto principal es el de
cerdo ibérico alimentado con bellota de los numerosos encinares de la región.
El jamón ibérico es el producto principal que representa la región, no siendo el único ya que existen múltiples variedades; chorizos, lomo embuchado, salchichón, morcilla de lustre, longanizas, morcón, todas ellas de exquisito sabor. Del cerdo se aprovecha todo, proporcionando una extensa gama de platos muy populares, como son: prueba o adobo, orejas, manos, pestorejo, panceta, cachuela o caldillo, etc. Se dice por la región, que el “cerdo ibérico de bellota tiene bueno y bonito hasta sus andares”. Importantes también son para la cocina extremeña el cordero y el cabrito, con los que se preparan platos típicos como la chanfaina, caldereta, revoltillo, etc.
El
cocido en
invierno y el gazpacho en
verano dividen el año gastronómico de esta región en dos partes. Entre estos dos platos existe una gran variedad de especialidades culinarias que hacen las delicias de los amantes de la cocina tradicional. A título de ejemplo puede ser:
Desayuno: migas; tostadas con caldillo o cachuela (hígado de cerdo con manteca y especias); con manteca colorada; o con aceite de oliva y ajo;
churros con chocolate;
torrijas; rebanadas de
pan frito con miel.
Comida: sopas de tomate, de ajo; revuelto de
setas, de espárragos trigueros, de cardillos; ensalada de berro, picadillo de tomate; patatas con morcilla de lustre y revoltillo; bacalao con patatas o con arroz; garbanzos guisados con bacalao; repápalos (pequeños bollos de miga de pan aliñado y frito); guarrito frito, en adobo, o en caldereta; tortilla de patatas guisadas; lenguas estofadas; guiso de habas; coles con hueso de cerdo y morcilla roja; escabeche de pollo, de pencas, de acelgas, judías verdes, coliflor; berenjenas y calabacines rellenos; rabo de
toro.
Sin dejar aparte la
caza y la
pesca de las cuales podemos destacar lo siguiente: conejo y liebre con arroz, en salsa o estofados; perdices y codornices estofadas o en escabeche; palomas, tórtolas; carpas, tencas, pardillas, black-bass; cangrejos de
ríos.
También se cuenta con gran variedad de quesos de gran calidad, como son los quesos de
cabra,
oveja y
vaca, así como los quesos frescos, elaborados con procedimientos artesanales que les confieren un aroma y un sabor muy peculiar.
En toda la comarca se producen excelentes vinos, producto de una
tradición que se remonta a la época
romana. Muy conocidos son los vinos de pitarra, elaboración artesana, criados en
recipientes de poca capacidad. La gama vinícola es muy variada: blancos ligeros, tintos, claretes ligeros, turbios aromáticos.
Para finalizar los menús con chupitos y buenos
postres hay que tener en cuenta la producción de licores de gran paladar, como son el licor de mora, el de
cerezas, bellotas y el de frambuesas, acompañando los postres de
frutas de la tierra y la surtida y variada
repostería casera: repápalos con leche, tocinillos de
cielo, dulce de membrillo,
castañas pilongas con leche, papas de harina, cubiletes reales; de entre los dulces típicos de la tierra destacan: cubiletes reales, corazones de obispo, roscas del candil, perrunillas, cañas, pestiños, hornazos, piñonates, bombones de higos, roscas de San Blas, roscas borrachas, bollos chicharrones y aceitadas.
VISITANTE: Pruébalo, y..., ¡BUEN PROVECHO!