Históricamente su nombre era "Castro Fuerte". Se trataba de una fortificación
militar construida en la cima de un cerro. La ciudad actual ha crecido alrededor de este
castillo del que solo se conserva una
torre adosada al
edificio del
ayuntamiento.
Se cree que su origen es templario -como puede deducirse de los restos en una cercana
ermita templaria, conocida como El
Monasterio-. Probablemente, la población se asentara originariamente en la antiagua
calle Cantarranas, en la que se han hallado restos anteriores incluso a la construcción de la ermita templaria. Después de su inclusión en la Orden del Temple el núcleo perteneció sucesivamente al Señorío de
Alconchel, a
Jerez de los Caballeros, a la
Casa de Mondéjar y a la Casa de
San Juan y
Piedras Albas. Tras los daños sufridos por las guerras con
Portugal en el siglo XVII, la población resurgió en el lugar donde ahora aparece, por lo que ciertas
fuentes la señalan como de construcción moderna, estimando esta época como su principio. En la época
medieval, el poblado perteneció al señorío de Alconchel; el Castillo, que inicialmente fue una destacable fortaleza, paulatinamente fue destruida para construir en ese mismo lugar nuevas edificaciones para la creciente población. A mitad del s. XVIII son derruidos los lienzos de las
murallas para levantar las
Casas Capitulares. En la zona más elevada, se encontraba la
iglesia parroquial y los restos del castillo tal y como actualmente podemos verlos. Además de las formas de vida tradicionales en la población que hemos mencionando anteriormente,
Zahínos es famoso por sus numerosas carboneras, en las que se produce todavía el conocido picón con los mismos medios que hace siglos. Entre sus dehesas de alcornoques y encinas asoman las humaredas de las carboneras, prestando un cierto aire medieval al
paisaje a ciertas horas del día, especialmente en
invierno y
primavera.
La localidad parece tener un origen templario. Tras la reconquista, Jerez de los Caballeros se convirtió en capital del "Bailiato" que según el acta del Capítulo celebrado en 1.272 por los Caballeros del Temple, incluía diversas localidades próximas, entre ellas Zahinos. Debido a ello en esta población se aplica el denominado Fuero de Baylío, introducido por los templarios y tomado de la ley portuguesa, en virtud de la cual todos los bienes aportados al matrimonio pertenecían a los dos esposos por igual, como si fuesen bienes gananciales.
Trás la disolución de la orden templaria por la (bula Vox clamantis del 22 de marzo de 1312), el rey Juan II de Castilla nombró en 1455 I Señor de La Puebla de Alcocer y Alconchel a Don Gutierre de Sotomayor (1400-1453), el cual al morir dividió su señorío entre sus 2 hijos favoritos, legando al segundo de ellos Juan de Sotomayor la Villa de Alconchel con su Castillo, término (incluyendo Zahínos), jurisdicción y vecinos, estableciendo un mayorazgo. Posteriormente el territorio formó parte de la Casa de San Juan y Piedras Albas y la Casa de Mondejar. El Señorio de Alconchel que incluía el territorio de Zahínos, pasó a formar parte de la casa de Mondejar tras el matrimonio entre don Pascual Benito Bellvís de Moncada e Ibáñez de
Segovia (1772-1781) XIV Marqués de Mondejar y doña Florencia Pizarro Picolomini de
Aragón Vargas Carvajal Sotomayor y Herrera (1727-1794), II Marquesa de San Juan de Piedras Albas y Señora de Alconchel.
En el siglo XVII sufrió una importante devastación como consecuencia de las acciones bélicas de la guerra mantenida entre
España y Portugal (Guerra de Restauración portuguesa), en este enfrentamiento se produjeron en la zona numerosas incursiones de las tropas portuguesas que protagonizaron diferentes actos de saqueo y quema de cosechas que afectaron no solo a Zahínos sino a
pueblos próximos como
Encinasola,
Higuera de Vargas y
Oliva de la Frontera.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de
Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Jerez de los Caballeros En el censo de 1842 contaba con 263 hogares y 1140 vecinos.