Mi pueblo, que lejos y a la vez que cerca, cuantos buenos recuerdos y cuantos malos. De estos últimos, me gustaría olvidarme pero no puedo, unos y otros forman parte de mí.
Mi pueblo, cuanto ha cambiado ya apenas te reconozco. Claro que conozco mi pueblo, pero no a sus jóvenes habitantes a los que intento su fisonomía me delaten de qué familia son, cuando con ellos me encuentro. Las personas que eran mayores cuando deje mi pueblo ya muchos no están, sus nombres los puedo leer y rememorar sus recuerdos en el Silencio.
¿Qué habrá sido de mis quintos y mis amigos? Sé que algunos se marcharon trágicamente. Como mi buen amigo Pablo, que en la distancia llore su muerte. No hacía mucho nos habíamos reencontrados en una de mis visitas a Abadía. ¿Pero y de Guille (Guillermo), Tinin (Cristino, el hijo del Tío Cristino el peluquero aquel que nos hacia tantas escaleras cuando nos cortaba el pelo por la falta de luz, luz que de vez en cuando se apagaba y teníamos que irnos a casa a medio pelar), Cipri (Cipriano Mora), etc.? Otros, alguna vez los veo, como a Quique (Carabillo) Carlos, etc. Cuantas trastadas, cuántas veces fuimos de garulla, cuántas veces fuimos a lagartos por esas vastas dehesas que conocíamos como la palma de la mano, cuántas veces fuimos en mientras siestas a peces con la marra. Más de una paliza me dieron por las mil una trastadas que hicimos juntos.
Hoy he encontrado esta página y he visto las fotografías y también los comentarios y aunque no conozco a ninguno salvo por algún apellido. Todos han traído a mí, muchos recuerdos. (Por cierto, no es el Palacio del Marqués. Es El Palacio del Duque, como lo conocíamos)
Recuerdo cuando el actual alcalde Adolfo, venía a pasar las fiestas de Santo Domingo desde Asturias donde vivía, yo también acudía desde fuera alguna que otra vez.
Recordando alcaldes, recuerdo al Sr. Adrian, padre de Gonzalo, Sr. Juan el Alcalde viejo, a Sr. Gregorio Chamorro, que fue muchos años alcalde y siendo él el edil principal deje yo para siempre el pueblo.
Seguro que seguiré escribiendo y contando anécdotas de mi niñez y “juventud”. Un abrazo para todos mis paisanos de Abadía, uno de los pueblos más bonitos, simpáticos y hospitalarios de España.
Las personas que e
Mi pueblo, cuanto ha cambiado ya apenas te reconozco. Claro que conozco mi pueblo, pero no a sus jóvenes habitantes a los que intento su fisonomía me delaten de qué familia son, cuando con ellos me encuentro. Las personas que eran mayores cuando deje mi pueblo ya muchos no están, sus nombres los puedo leer y rememorar sus recuerdos en el Silencio.
¿Qué habrá sido de mis quintos y mis amigos? Sé que algunos se marcharon trágicamente. Como mi buen amigo Pablo, que en la distancia llore su muerte. No hacía mucho nos habíamos reencontrados en una de mis visitas a Abadía. ¿Pero y de Guille (Guillermo), Tinin (Cristino, el hijo del Tío Cristino el peluquero aquel que nos hacia tantas escaleras cuando nos cortaba el pelo por la falta de luz, luz que de vez en cuando se apagaba y teníamos que irnos a casa a medio pelar), Cipri (Cipriano Mora), etc.? Otros, alguna vez los veo, como a Quique (Carabillo) Carlos, etc. Cuantas trastadas, cuántas veces fuimos de garulla, cuántas veces fuimos a lagartos por esas vastas dehesas que conocíamos como la palma de la mano, cuántas veces fuimos en mientras siestas a peces con la marra. Más de una paliza me dieron por las mil una trastadas que hicimos juntos.
Hoy he encontrado esta página y he visto las fotografías y también los comentarios y aunque no conozco a ninguno salvo por algún apellido. Todos han traído a mí, muchos recuerdos. (Por cierto, no es el Palacio del Marqués. Es El Palacio del Duque, como lo conocíamos)
Recuerdo cuando el actual alcalde Adolfo, venía a pasar las fiestas de Santo Domingo desde Asturias donde vivía, yo también acudía desde fuera alguna que otra vez.
Recordando alcaldes, recuerdo al Sr. Adrian, padre de Gonzalo, Sr. Juan el Alcalde viejo, a Sr. Gregorio Chamorro, que fue muchos años alcalde y siendo él el edil principal deje yo para siempre el pueblo.
Seguro que seguiré escribiendo y contando anécdotas de mi niñez y “juventud”. Un abrazo para todos mis paisanos de Abadía, uno de los pueblos más bonitos, simpáticos y hospitalarios de España.
Las personas que e