Es una pena que intereses inconfesables lleven a periódicas quema y destrucciones de los montes. Por intereses espurios se destruye el futuro de la población de la zona y se daña gravemente la ecología, todo ello, según mi impresión, con la connivencia de determinadas autoridades que con determinadas políticas legislativas parecen incentivar, por la impunidad de los "pironimos" ante las leyes. También la falta de implicación de las autoridades de las comunidades autónomas y locales que poco o nada...