¿Qué fragor de ronco trueno,
qué crujir de pétreas capas,
qué concierto de turbiones,
qué rugidos o amenazas
bajan raudos, tumultuosos,
del riñón de la montaña?
Es el canto de epopeya,
es la grave y ronca marcha,
es el lúgubre estampido... Pues que no me suena de nada. ati! ate! = Buenas noches, dulces sueños. Otro día rico, no llega aún a 24º a la sombra. Así que comeremos en el jardín otra vez, viene bien, por que es la mesa mas grande y cabemos estupendamente.
Ahora voy a hacer la comida, que se pasa el tiempo volando.