Buenos días a tí amiga, te deseo un día muy feliz.
Un besín Victoria.
Tarde lluviosa sobre los grisáceos prados,
la cromática floresta de luto vestida,
nostálgico llanto del cielo expulsado,
sedienta la tierra vuelve a la vida.
Azules montes de opalina clorofila,
de erguidos robles sus firmes soldados
saludan al cielo por el agua divina,
que el Sumo Creador ha prodigado.
El Iris opaco gime entristecid o,
su escenario a oscuras sin poder iluminar,
espesos nubarrones no le han permitido,
dibujarse en la nada y poder actuar.
El tiempo eterno que gobierna la vida,
de suma justicia nos quita y nos da,
volverá el sol a la floresta dormida,
y de celestiales colores la vestirá.
Un besín Victoria.
Tarde lluviosa sobre los grisáceos prados,
la cromática floresta de luto vestida,
nostálgico llanto del cielo expulsado,
sedienta la tierra vuelve a la vida.
Azules montes de opalina clorofila,
de erguidos robles sus firmes soldados
saludan al cielo por el agua divina,
que el Sumo Creador ha prodigado.
El Iris opaco gime entristecid o,
su escenario a oscuras sin poder iluminar,
espesos nubarrones no le han permitido,
dibujarse en la nada y poder actuar.
El tiempo eterno que gobierna la vida,
de suma justicia nos quita y nos da,
volverá el sol a la floresta dormida,
y de celestiales colores la vestirá.