Pueblo de abundante y buena agua que fluye de las diversas fuentes o caños repartidos por la población y que en otras épocas surtía del este elemento imprescindible para la vida a los humanos. Ahora ya no acude tanta gente a ellas, aunque siguen manando abundantemente como se aprecia en la fotografía tomada en el mes de agosto. No obstante disponer de agua corriente en todas y cada una de las viviendas, hay personas que siguen acudiendo a este tipo de fuentes a surtirse de agua depreciando la que mana del grifo. Estando junto a ella y dudando de si era o no conveniente beber de allí, un vecino entrado en años se acercó con dos garrafas a proveerse de agua y me dijo que el toda la vida de allí bebía y que era el mejor agua de todo el pueblo, donde abunda y es de excelente calidad.