El Borrego cogió fama por sus pinchos de voladores, que no se podía decir pardales porque te podía oir la Guardia civil. Era curioso, tenía una máquina milloncete en el mismo servicio y allí se unían los que iban a jugar con los que iban a mear. Del bar Borrego a la Preferida. El Borrego se llenaba enseguida porque era pequeño y la Prefe era más amplia. Y con el reservao para las parejitas. Que bueno era tío Domingo. Y tía Madalena también. Fué una época gloriosa de la Calle Empedrá. La Prefe marcó una época, sin dudas. Era el lugar de encuentro de la juventud y el que tenía pareja, pasaba al reservao. La preferida de tío Domingo y tía Magdalena. En los descansos del baile de tía Eusebia ibamos siempre allí a comer algún dulce y tomar un medio cubata de 10 pasetas. En esta calli estaba "La Preferida".