Situación:
Situado al norte de la provincia de Cáceres, a una distancia de 115 kilómetros de la capital, Ahigal se ubica geográficamente en la comarca de las Tierras de Granadilla. La población ronda los 2.000 habitantes.
Su término, plagado de bellos y ondulados paisajes, acoge una rica vegetación autóctona convertida en hábitat de numerosas y singulares especies animales, que van desde el lince a la cigüeña negra, pasando por el águila culebrera y ratonera, el tejón, el jabalí, la nutria, el meloncillo o el martín pescador.
La red hidrográfica está constituida por el río Alagón y el arroyo del Palomero, en cuyo cauce se localiza el embalse de las Cumbres, lugar propicio para la pesca y el deporte náutico, al igual que ocurre con el pantano de Valdeobispo, cuyas aguas se remansan en las tierras de Ahigal.
El medio de vida de los habitantes de la localidad, dejando a un lado el sector de los servicios, se basa en la agricultura y en la ganadería. Esta, de tipo extensivo, la constituye el ganado vacuno, que pasta en montes y dehesas a la sombra de bosques de encinas y alcornoques. Por lo que respecta a la agricultura, el olivar supone la mayor fuente de ingresos, tanto por la venta de aceitunas de mesas como por la elaboración de exquisitos aceites virgen extra, comercializados bajo el etiquetado de “La Granadilla”. Son reseñables los vinos ahigaleños, uno de los mejores de la comunidad, si bien la producción se orienta en su mayor parte al autoconsumo.
Su término, plagado de bellos y ondulados paisajes, acoge una rica vegetación autóctona convertida en hábitat de numerosas y singulares especies animales, que van desde el lince a la cigüeña negra, pasando por el águila culebrera y ratonera, el tejón, el jabalí, la nutria, el meloncillo o el martín pescador.
La red hidrográfica está constituida por el río Alagón y el arroyo del Palomero, en cuyo cauce se localiza el embalse de las Cumbres, lugar propicio para la pesca y el deporte náutico, al igual que ocurre con el pantano de Valdeobispo, cuyas aguas se remansan en las tierras de Ahigal.
El medio de vida de los habitantes de la localidad, dejando a un lado el sector de los servicios, se basa en la agricultura y en la ganadería. Esta, de tipo extensivo, la constituye el ganado vacuno, que pasta en montes y dehesas a la sombra de bosques de encinas y alcornoques. Por lo que respecta a la agricultura, el olivar supone la mayor fuente de ingresos, tanto por la venta de aceitunas de mesas como por la elaboración de exquisitos aceites virgen extra, comercializados bajo el etiquetado de “La Granadilla”. Son reseñables los vinos ahigaleños, uno de los mejores de la comunidad, si bien la producción se orienta en su mayor parte al autoconsumo.