Y en el último día del año, no puedo menos que poner de manifiesto mis últimos sentimientos y mis más bajos instintos. Y es que estoy más que harto ¡, harto de trabajar, sí de trabajar y no ganar ni lo mínimo. Estoy harto de la gasolina, de hacienda, seguridad social y demás chupa-sangre ¡, estoy aburrido de las ayudas sociales, que son de todo menos sociales, de prejubilaciones y pensiones por enfermedad para gente sana. Y es que lo nuestro no tiene remedio, no hay quien lo cambie, ni quien lo entienda. Las personas quieren hacerse mayores para cobrar y de paso no trabajar: y si llegas a cincuenta y cinco a vivir del higo. Las ovejas no pueden con tantos corderos y los pastores piden la baja psicológica. Y mientras, a lo lejos, se escucha: que paguen los ricos ¡, por que tengo derecho, yo soy necesitado, ese trabajo no lo puedo hacer, cuanto me pagas, gano más parado, que se joda, trabajas por que quieres, a mi me tienen que dar la paga, no tienen ni para calefacción, se calientan con una estufa, pobreza energética ¡, vacaciones ¡....
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