COSAS MIAS
A mí, de esa España de Dios, me quedó la piadosa y frustrada costumbre, de asistir a misa todos los domingos y fiestas de guardar; cogido del brazo de mi mujer y rodeado de mis hijos.
Pero no quiso Dios y me hizo santificar las fiestas trabajando, que yo tuve muchos asnos que sacar del pozo, y ya dijo el que eso si se podía hacer aun siendo día sagrado..
Dime tú de lo que presumes, y yo te diré de lo que adoleces. Y yo presumo y estoy convencido de mi ateismo, pero después que leo mis comentarios siempre lo tengo presente. Ese “lo” debiera haber sido con mayúscula y a eso me refiero. Yo como mucho creo en “dios” en lo que alguno decimos “algo habrá, pues nosotros algo somos”.
A mí no me hagáis comulgar con esos dioses que van bajo palio. Esos no son dioses. Esos son sumos sacerdotes carnavalescos que usando la superstición y el miedo de la inocencia, predican doctrinas que son el opio de la incultura. De alguna manera había que vivir y la tribu de Leví se las tuvo que ingeniar para que, sus otros hermanos, le dieran de comer.
A mí buscadme bajo el sol, la luna o las estrellas adorando la belleza de la vida humilde y sencilla de esas gentes que su dios lo resumen en cumplir con sus quehaceres y en llegar a su casa y compartir con los suyos en una mesa el fruto de su trabajo. Sin bendiciones. Sin boato. Y mañana que es día de descanso nos vamos de meriendas al campo, o nos quedamos en casa y luego salimos de paseo un rato, o simplemente nos aburrimos de estar aburrido sin hacer nada de nada que tampoco es mala manera de matar el tiempo. En fin, en vivir la vida respetando la de los demás, y de vez en cuando compartir con los amigos algún buen vino y un buen ibérico, que el pan es hijo de paja, y un día es un día. ¡Coño1 ¡Que para eso trabajamos!.
Tú que me estas leyendo eres mi dios, mi Iglesia. Los otros no son más que santos de Templos hechos, al fin y al cabo, de barro.
SALUD.
“elmaestro”
A mí, de esa España de Dios, me quedó la piadosa y frustrada costumbre, de asistir a misa todos los domingos y fiestas de guardar; cogido del brazo de mi mujer y rodeado de mis hijos.
Pero no quiso Dios y me hizo santificar las fiestas trabajando, que yo tuve muchos asnos que sacar del pozo, y ya dijo el que eso si se podía hacer aun siendo día sagrado..
Dime tú de lo que presumes, y yo te diré de lo que adoleces. Y yo presumo y estoy convencido de mi ateismo, pero después que leo mis comentarios siempre lo tengo presente. Ese “lo” debiera haber sido con mayúscula y a eso me refiero. Yo como mucho creo en “dios” en lo que alguno decimos “algo habrá, pues nosotros algo somos”.
A mí no me hagáis comulgar con esos dioses que van bajo palio. Esos no son dioses. Esos son sumos sacerdotes carnavalescos que usando la superstición y el miedo de la inocencia, predican doctrinas que son el opio de la incultura. De alguna manera había que vivir y la tribu de Leví se las tuvo que ingeniar para que, sus otros hermanos, le dieran de comer.
A mí buscadme bajo el sol, la luna o las estrellas adorando la belleza de la vida humilde y sencilla de esas gentes que su dios lo resumen en cumplir con sus quehaceres y en llegar a su casa y compartir con los suyos en una mesa el fruto de su trabajo. Sin bendiciones. Sin boato. Y mañana que es día de descanso nos vamos de meriendas al campo, o nos quedamos en casa y luego salimos de paseo un rato, o simplemente nos aburrimos de estar aburrido sin hacer nada de nada que tampoco es mala manera de matar el tiempo. En fin, en vivir la vida respetando la de los demás, y de vez en cuando compartir con los amigos algún buen vino y un buen ibérico, que el pan es hijo de paja, y un día es un día. ¡Coño1 ¡Que para eso trabajamos!.
Tú que me estas leyendo eres mi dios, mi Iglesia. Los otros no son más que santos de Templos hechos, al fin y al cabo, de barro.
SALUD.
“elmaestro”