ALAGON DEL RIO: Mas tú, cigarra encantada, ...

Mas tú, cigarra encantada,
derramando son te mueres
y quedas transfigurada
en sonido y luz celeste.

¡Cigarra!
¡Dichosa tú!
Pues te envuelves con su manto
el propio Espiritu Santo,
que es la luz.

¡Cigarra!
Estrella sonora
sobre los campos dormidos,
vieja amiga de las ranas,
y de los oscuros grillos,
tienes sepulcros de oro
en los rayos tremolinos
del sol que dulce te hiere
en la fuerza del estío,
y el sol se lleva tu alma
para hacerla luz.