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LOS QUINTOS.-
Quintos eran llamados los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar.
El nombre proviene de la contribución de sangre u obligación de servicio militar que Juan II de Castilla (1406 - 1454) impuso durante su reinado, según la cual UNO DE CADA CINCO VARONES debía servir en el ejército, disposición que Felipe V retomó en 1705.
Quintos eran llamados los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar.
El nombre proviene de la contribución de sangre u obligación de servicio militar que Juan II de Castilla (1406 - 1454) impuso durante su reinado, según la cual UNO DE CADA CINCO VARONES debía servir en el ejército, disposición que Felipe V retomó en 1705.
LOS QUINTOS.-
Como la mayoría de edad, en el tiempo de la mayor parte de la obligatoriedad de hacer el servicio militar, era a los 21 años. Cumplidos los veinte años, todos los mozos se tallaban en el ayuntamiento, al que llegaba a la talla establecida y no alegaba ningún impedimento físico, psíquico o de fuerza mayor, le consideraban útil para el servicio militar.
Aquel que, por el contrario, no llegaba a la talla o ponía algún impedimento físico o psíquico, tenía que pasar por un reconocimiento médico. Del resultado de dicho reconocimiento se consideraba a aquel mozo útil o no útil. Acto que tenía que realizar todos los años hasta que la daban la excedencia.
La incorporación a filas tenía lugar al año siguiente de haber entrado en caja y de haber sido tallados
Desde la Gobernación Provincial comunicaban a cada mozo el lugar de su destino, el cual se hacía por sorteo, que podía ser dentro o fuera de la Península.
Como la mayoría de edad, en el tiempo de la mayor parte de la obligatoriedad de hacer el servicio militar, era a los 21 años. Cumplidos los veinte años, todos los mozos se tallaban en el ayuntamiento, al que llegaba a la talla establecida y no alegaba ningún impedimento físico, psíquico o de fuerza mayor, le consideraban útil para el servicio militar.
Aquel que, por el contrario, no llegaba a la talla o ponía algún impedimento físico o psíquico, tenía que pasar por un reconocimiento médico. Del resultado de dicho reconocimiento se consideraba a aquel mozo útil o no útil. Acto que tenía que realizar todos los años hasta que la daban la excedencia.
La incorporación a filas tenía lugar al año siguiente de haber entrado en caja y de haber sido tallados
Desde la Gobernación Provincial comunicaban a cada mozo el lugar de su destino, el cual se hacía por sorteo, que podía ser dentro o fuera de la Península.