Bonita si señor esta tiene algo especial
Por esa fina herida silenciosa
que siquiera da paso a la agonía,
¡ay! entra, muerte, en mí, como la guía
de la hiedra que el sol prende en la losa.
Abre — ¡aunque sea así!— la última rosa
en que tu fuerza adulta se extasía,
ansia de ya no ser, llama tan fría
que a su lado la luz parece umbrosa.
Rompe la plenitud, la simetría,
el basalto en que acaba toda cosa
que dura más de lo que tarda el día;
y, arrancándome al tedio que me acosa,
envuélveme en tu vértigo, alegría,
¡afirmación total, muerte dichosa!
Jaime Torres Bodet
Por esa fina herida silenciosa
que siquiera da paso a la agonía,
¡ay! entra, muerte, en mí, como la guía
de la hiedra que el sol prende en la losa.
Abre — ¡aunque sea así!— la última rosa
en que tu fuerza adulta se extasía,
ansia de ya no ser, llama tan fría
que a su lado la luz parece umbrosa.
Rompe la plenitud, la simetría,
el basalto en que acaba toda cosa
que dura más de lo que tarda el día;
y, arrancándome al tedio que me acosa,
envuélveme en tu vértigo, alegría,
¡afirmación total, muerte dichosa!
Jaime Torres Bodet