Por cierto! Eso que recopiló el sr. Francisco lo conté yo a unos
amigos una
noche de esas de jugar a los chinos una ronda en un
bar, mis saberes vendrían de la misma
fuente que los tuyos, y me dijo uno de ellos a la mañana siguiente: ¡Cabrón! (Ey, le dije, chivero que no es lo mismo) No me vuelvas a contar nada de eso que no he sido capaz de pegar ojo en toda la noche dándole vueltas a la cabeza.