Ayer en st Domingo vi algo realmente sorprendente: una serie de canastos de dulces que parecían deslizarse por el aire o eran bandejas no lo se, lo que si se es que había un buen montón. También me pareció reconocer dos piernillas bajo el montante de dulces, ya está, los dulces con patas, cotas y gordinas para más información. Y es que el muerto de hambre todavía camina por pueblos extremeños y más aun el desvergonzado y geta. PERO que inculta es la osadía y la avaricia. Cuento todo esto porque nada más comenzar el reparto de dulce, ya las había camino de casa con un carro de ellos y no se los llevaban a enfermos y mayores eran para devorarlos en la tras tienda, a la chita callando. Reconozco que una vez terminado el sarao los duces deben repartirse de alguna forma pero.. correr cargado nada más comenzar me parece un síntoma de... poco pelo.. Seguro que el médico ha tenido que atender a algún traga panes---