XLVI
Anoche sñé que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía
y yo gritaba: ¡Despierta!.
A. Machado.
Anoche sñé que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía
y yo gritaba: ¡Despierta!.
A. Machado.