Todo el que trata a su semejante con desprecio y odio, bien porque ha tenido que emigrar bien porque piensa de manera distinta, no merece la medicina que él desea a los demás; esa persona tiene que ser destinatario de nuestra lástima y compasión.
Nosotros tenemos que aguantarlo unos minutos al día, a la semana o al año.él tiene que aguantarse así, con su saña, rencor, envidia y deseos de venganza durante toda su vida. Vamos, una joyita que llevarse a
casa.
Dejémonos de política y dejemos a
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