Esta
ermita perteneció al
convento de las Franciscanas Terciarias. El convento contó con pocas rentas y nunca llegó a completar el número de religiosas que podía albergar. Hoy es vivienda particular.
La abadesa, doña María de Perero, fue uno de los personajes más ilustres de la Orden, y se encuentra enterrada a los pies del
altar, como atestigua la lauda sepulcral del siglo XVII.
Destaca su
portada de medio punto de sillería granitica, coronada por una
hornacina que alberga la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios.
Consta de una sola nave de tres tramos, con un magnífico
retablo barroco sin policromar, con cuatro pequeñas tallas.
A los pies de la nave, se abre la
capilla lateral donde se encuentra el sepulcro de Don Fabián Antonio de la
Cabrera, con la imagen en posición orante.