Santa Lucía (* Siracusa-Sicilia 283 † Siracusa 304) era una mujer cristiana que murió mártir en tiempos de las persecuciones del emperador Diocleciano. Se le considera patrona de los ciegos, ya qué es
tradición o piadosa leyenda que previamente a su martirio y ante el intento de un rico siracusano de convertirla en su esposa, esta prefirió
arrancarse los ojos y enviárselos a su pretendiente.
Santa Lucía del Trampal es un templo de filiación visigoda, construido a mediados del siglo VII o principios del VIII.
Fue construido en sillería, aprovechando algunos sillares de
edificios de procedencia
romana e incluso algunos de procedencia prerromanos (celtíberos). El templo que se conserva es parte de lo que fue un conjunto monacal, disponiendo incluso de dos
iglesias, la de Santiago (hoy desaparecida) y la presente de Santa Lucía. El nombre de Trampal toma su nombre de un manantial situado en las cercanías que es conocido como Manantial del Trampal.
Se especula que el
monasterio se levantara sobre un conjunto anterior de origen pagano. Todo parece indicar que el conjunto monacal estaba dividido en dos realidades, una estrictamente monacal con la
iglesia de Santa Lucía como eje central y el segundo conjunto un poco alejado del primero habitado por siervos que se encargaban del cuidado de la
tierra y de los
ganados, con la iglesia de Santiago como centro.
Hacia el año 900 el conjunto monástico es abandonado, probablemente por la intransigencia musulmana, ya que la Ley musulmana prohibía la erección de nuevos templos e incluso la reparación de los ya construidos. Si al principio de la invasión musulmana los templos cristianos eran consentidos, poco a poco el ambiente debió hacerse opresivo lo que llevó
al abandono del monasterio.
En el siglo XV y después de siglos de abandono, el monasterio es nuevamente habitado, se procede a su reconstrucción y se pone el templo bajo la titularidad de Santa Lucía. La segunda vida monacal tiene continuación hasta finales del siglo XVIII en que es nuevamente abandonado. Durante la Guerra de la Independencia el monasterio es utilizado por lo franceses y finalmente con la desamortización de Mendizábal de 1835, el monasterio es vendido a particulares, siendo utilizado para los más variopintos usos agrícolas y ganaderos que llevaron a su total abandono.
En el año 1981 el conjunto es redescubierto por el profesor Juan Rosco y su esposa Luisa Téllez que alzaron la voz y lograron el apoyo de las autoridades para su puesta en valor y su rehabilitación. Su último uso había sido como establo para los animales. El templo se alza a escasos kilómetros de la conocida como
Vía de la Plata,
camino romano que
recorría la Hispania occidental romana de Sur a Norte, desde Mérida hasta Astorga.