Hola alcuesqueños:
He leído el reportaje especial del diario Extremadura del jueves pasado sobre Alcuéscar, está muy bien, salen excelentes fotos y todo queda muy bonito. Me sorprendió que el periodista confundiera el famoso "sermón de los naranjazos" que se celebraba anualmente en lo que es hoy la basílica visigoda de Alcuéscar, en la que se lanzaban en medio del sermón (como era costumbre ascentral) las exquisitas naranjas de Alcuéscar al sorprendido párroco novato, a que diga el periodista que "los alcuesqueños rechazaron a las tropas francesar arrojándoles exquisitas naranjas". Esto, que en principio puede ser una barbaridad, queda muy bien, pues en definitiva, nos deja como un pueblo pacifista que no utiliza las armas contra los invasores, sino que les arroja sus fantástica naranjas, lo mejor de su cosecha. Los franceses aceptan la indirecta y se marchan hacia Arroyomolinos y, en la actualidad, todos contentos, puesto que nadie resultó herido, todo lo contrario, probaron la exquisitez de nuestras frutas. Viva Alcuéscar. Viva Francia. Vivan las naranjas del Trampal.
Saludos a todos los alcuesqueños.
He leído el reportaje especial del diario Extremadura del jueves pasado sobre Alcuéscar, está muy bien, salen excelentes fotos y todo queda muy bonito. Me sorprendió que el periodista confundiera el famoso "sermón de los naranjazos" que se celebraba anualmente en lo que es hoy la basílica visigoda de Alcuéscar, en la que se lanzaban en medio del sermón (como era costumbre ascentral) las exquisitas naranjas de Alcuéscar al sorprendido párroco novato, a que diga el periodista que "los alcuesqueños rechazaron a las tropas francesar arrojándoles exquisitas naranjas". Esto, que en principio puede ser una barbaridad, queda muy bien, pues en definitiva, nos deja como un pueblo pacifista que no utiliza las armas contra los invasores, sino que les arroja sus fantástica naranjas, lo mejor de su cosecha. Los franceses aceptan la indirecta y se marchan hacia Arroyomolinos y, en la actualidad, todos contentos, puesto que nadie resultó herido, todo lo contrario, probaron la exquisitez de nuestras frutas. Viva Alcuéscar. Viva Francia. Vivan las naranjas del Trampal.
Saludos a todos los alcuesqueños.