El origen de
Alia es árabe, tal y como lo demuestra la típica
arquitectura mudejar que se observa en todas sus
calles y
edificios, como por ejemplo la
iglesia de
Santa Catalina del siglo XV. Se cree que el nombre de Alía proviene de Alí Hamar, general moro del califato de
Córdoba en tiempos de Abderraman I. El rey Carlos III concedió a este
pueblo el título de villa en 1756. Alía se escribía en el s. XIII Halia, que significa del otro lado o de la otra parte. Durante la edad contemporánea Alía fue la única localidad de la provincia de
Cáceres que permaneció durante la Guerra Civil en poder de La República. Con el levantamiento
militar de 1936, el pueblo siguió la suerte de la provincia, uniéndose al mismo; no obstante, la aparición en la Zona de la
Columna Fantasma del capitán Uribarri, hizo que cambiara de manos. Como consecuencia, un buen número de vecinos, a los que se consideraba simpatizantes de la causa nacional, personas de derechas y propietarios en general, fueron asesinados. En el mes de agosto de 1938 fue ocupado por las tropas nacionales en el curso de una operación secundaria realizada por el
ejército del centro que culminó en la conquista de la Bolsa de la Serena. Una vez concluyó la guerra, la autoridad militar instruyó diligencias contra los que no lograron escapar del país, y un total de 27 vecinos relacionados con aquellos sucesos, fueron fusilados en las tapias del
cementerio de Alía a las 10 horas el día 28 de agosto de 1942, bajo la orden del teniente coronel de la Guardia Civil, Manuel Gómez Cantos, máxima autoridad militar que encarnaba el orden y la autoridad en
Extremadura.