En la localidad de
Alía se encuentra la que probablemente sea la mejor manifestación de
arte mudéjar religioso de
Extremadura. La
iglesia de
Santa Catalina, en efecto, es un magnífico ejemplo de la
arquitectura condicionada al dilatado proceso de reconquista de la Edad Media. El mudéjar es un estilo único y novedoso, que se dio en los reinos
cristianos de la península ibérica, en el que resulta evidente y visible la influencia de los numerosos alarifes (albañiles y maestros de obra) de origen musulmán que permanecieron en ellos tras ser reconquistados.
La Iglesia de Santa Catalina se localiza en la parte más alta del
pueblo, presidiendo la
plaza de Dos Bonillas, en el lugar donde la
tradición sitúa un antiguo
castillo. El
edificio data del siglo XV y posiblemente su construcción obedezca a la influencia de los jerónimos que en esa época llegan a
Guadalupe. La advocación a Santa Catalina,
patrona de los frailes, induce a apoyar esta hipótesis.
Una de las características que convierten a este templo en único es que ha mantenido prácticamente intactos su aspecto y estructuras primitivos. El resultado es uno de los templos mudéjares más espectaculares de la región.
Como buen ejemplo de este estilo, en esta construcción se utiliza la
piedra, sobre todo cuarcitas y pizarras, para el grueso del edificio -muros, contrafuertes, pilares y
torre-. Al ladrillo se recurre en las zonas más decorativas y también para los
arcos,
ventanas y entradas.