Las aguas calientes del balneario, una vez cumplida su función principal, discurrían hasta llegar a estos lavaderos públicos donde se realizaba la colada. Afortunadamente, ahora existen máquinas que hacen esa función, con lo cual han quedado en desuso. Se encuentran bajo un inmueble que se dedica a establecimiento de hostelería en la misma avenida de las Termas y se puede bajar hasta el lugar, pero es imposible acceder ya que está protegido por una verja de hierro.