Aqui, en este barrio, los Tejeros, Aparicios, Canos, Iñigos, Serradillas... Mantenian sus distancias con los demás barrios. No necesitaban nada más. Estaban a un paso del campo abierto y a pocos pasos de la plaza, donde bajaban a desafiar a los demás niños con la peonza, los pinchos o los bolindres. Conseguian los mejores tirachinas y construian los más rapidos aros. Lo suyo eran las manualidades. Fuente Nueva abajo, nos dirigimos a la zona del rehoyo. Aqui nos encontramos con arquitectura rural muy representativa, aunque de una época más reciente. Las viviendas, cuadras, ambas cosas, los huertos se mezclan aleatoriamente. Abundan las nuevas obras. La bodega de Amando, es un taller de Aluminio. Su huerto a dado paso a viviendas sociales y centro de Salud. Las escuelas nos guian a la carretera de Logrosán. Su pilón, espectador impasible, ha visto recortados sus largos brazos. Ya no animales que beban, ni cantaros que llenar, ni chiquillos colgados saciando su sed.