Grupos de adolescentes se amontonaban en los bancos de la izquierda. Se distinguian las llamas de los primeros cigarrillos. Bolsas blancas sobre el suelo llenas de anónimas botellas nos decian que empezaban su fiesta particular. Nos cruzamos con parejas tiernamente abrazadas, "hola" nos saludaban, no se si por costumbre o por conocimiento. Focos de coches nos avisaban de nuestro erroneo caminar. A la altura del parque , nuestros pies sobre el asfalto, notaron una pequeña vibración. Como si un gran camión se acercase. Fueron segundos. Un pequeño perro, con la cola bajo las patas, se habia refugiado bajo las piernas de su ama. Todo parecia extraño. El escaso ruido escenico se habia detenido. Las risas de los ocupantes del parque se habian apagado. Los fantasmales columpios habian cesado en su vaiven.
AFRICA C.V.
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