Esta noche, por motivos tecnicos, la plaza y todo el pueblo estaba en una completa oscuridad. El cielo, como un manto negro, hacia resaltar pequeños puntos luminosos de gran intensidad. Para un entendido, cada estrella, constelación o planeta se veian reflejados en este mundo infinito. Mirando hacia " el cogorro", es como si de él emanasen infinidad de chispas florecestes. De vez en cuanto, una estrella fugaz recorria de este a oeste el firmamento; Institivamente, cerrabamos los ojos y pediamos nuestro deseo. Todo era un parcial silencio, roto por confusos ruidos que provenian de los pocos focos de luz que se distinguian. Murmullos, musica ruidosa, puertas metalicas que se cierran, risas complices en "la audencia" son nuestra poca compañia. A pesar de esta quietud, decidimos dar nuestro paseo "al reoyo". Bajando calle abajo, la negrura se acentuaba por momento. Refugiados entre las casas la temperatura era ideal pero justo al llegar al puente, un rafaga de aire frio azotó nuestros cuerpos. Hacia tiempo que no experimentaba esta sensación. En este momento eche de menos el canto de los grillos de verano, la llamada casi animal de las lechuzas, el croar de las ranas de este pequeño arroyo. La oscuridad era total, el silencio dañaba los sentidos.
AFRICA C.V.
AFRICA C.V.