BRONCO: LA HUELLA DE LA COMUNIDAD JUDICA EN LA COMARCA:...

LA HUELLA DE LA COMUNIDAD JUDICA EN LA COMARCA:

El asentamiento de los judíos en esta zona de Cáceres de Trasierra - Tierras de Granadilla y Coria, sucede en la época de la Reconquista cristiana, cuando se lleva a cabo una importante labor repobladora a finales del siglo XII, pero sin descartar comenzaran en otras fechas o civilizaciones anteriores como el período musulmán. A principios del siglo XIII la repoblación judía está consolidada, siendo sus núcleos más importantes los de Coria, Casar de Palomero y Hervás.
El fuero que otorga el soberano Fernando III a la ciudad de Coria en 1227 recoge una legislación jurídica que regula la vida de los judíos residentes en el obispado.
Desde la fecha de 1464 la aljama hebrea de Coria recauda los impuestos fiscales de los judíos que habitan en Villanueva de la Sierra y Santa Cruz de Paniagua, rindiendo cuenta después al obispo de Coria.
Consta que durante el reinado de Enrique IV, (*1425 – †1474), los judíos que había entre Villanueva y Santa Cruz de Paniagua se calculaban en 20 unas familias, residiendo alguna de éstas en el término de El Bronco, unas asentadas concretamente en un paraje todavía conocido por “el judío”, en las estribaciones de la sierra del Gorrero, pero posiblemente otra alguna lo hicieran en la población.
Las comunidades judías y cristianas que eran las mayoritarias, tenían entre si unas difíciles relaciones debido a sus diferencias religiosas que estallarían en esta zona el Viernes Santo de 1.488, cuando unos judíos del Casar de Palomero, apedrean la Cruz del puerto del Gamo, hecho que presenció Juan Brabo, que era precisamente vecino del Bronco. El duque de Alba condenó a morir quemado a los culpables y mandó convertir su sinagoga en templo cristiano, lo que propició que muchos judios huyeran precipitadamente o se marcharan hacia otras zonas.
Pero fue finalmente el decreto de expulsión de los judíos en 1492, lo motiva la desintegración del judaísmo en la ciudad y lugares del obispado de Coria. Muchos se exilian en Portugal; otros recibieron las aguas bautismales, pero algunos siguieron practicando el judaísmo, por lo que fueron condenados por la Inquisición extremeña a principios del siglo XVI, confiscándose parte de sus bienes.
Huellas del paso de la comunidad hebrea, se puede descubrir en la mayoría de estas poblaciones, pero es Hervás, la que destaca con su maravilloso “Barrio Judío” (Conjunto de Interés Histórico desde 1969), constituido por callejuelas estrechas y casas con grandes voladizos, balconadas perfectamente cuidadas y abundancia de materiales autóctonos como la madera de castaño, adobe y granito que es famoso en todo el mundo.
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