UN DÍA COMPROBÉ
Un día comprobé que hay sonrisas que no se borran y que, aunque no las vuelvas a ver, las tienes grabadas por siempre en tu cabeza.
Supe que hay abrazos que se siguen sintiendo aunque se acaben, y que hay olores que se mantienen pase el tiempo que pase.
Me di cuenta que hay recuerdos que no se olvidan, y que los momentos más insignificantes son los que se vuelven super valiosos.
Entendí que hay risas que siguen sonando en mi cabeza y miradas que siguen clavadas en mis ojos. Como si fuese ayer.
Como si todavía sí.
Un día supe que hay cosas que se van, personas que se marchan, aunque no queramos, pero hay algo que las vuelve inolvidables, incomparables y, por supuesto, eternas.
Y eso, créeme, es magia.
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