El olor de la mataza; el regreso de las cabras para encerrarlas; los coratos asados; las rosquillas alucinantes; el aguardiente de miel; las aceitunas rajadas; los calboches; las patatas asadas; el cabrito; el queso ¡Dios mío!; el rio; la fuente; las caballerias; los huertos; los nidos; las losas; las carquesas en la matanza; el pellejo de vino; los cuartillos; los increibles tomates; aquellas personas que ya no existen; aquellos olores de infancia. La vida no pasaba.... ¡se quedaba!